lunes, 3 de octubre de 2011

MÁS DE LO MISMO


Y es que cada vez que visitamos ciertos lugares sufrimos cosas que no viene a cuento de no sé qué. Dicen que eran los mismos de siempre, nos cuentan de que son un puñado, pero ¿y el resto? Porque no se lo recriminan. Quien calla otorga.

En la salsa del fútbol, uno de sus ingredientes es el insulto, un ingrediente que se ha ido metiendo poco a poco y es difícil medir el grado de malicia que hay en él, o más bien es la guasa de la misma gente. Es cierto que a veces llega a ser hasta ridículo, como por ej. Llamar a un futbolista “maricón”, como si eso fuese no se qué historia y el que lo lanza después presume de liberal. Incluso los que se ciñen al trío arbitral, que cuando les favorecen hasta se les aplaude, por eso digo que es complicado el grado de moralidad dentro del insulto en el deporte rey. Aún así existen grupos, que llevan su pasión más allá de lo que realmente debe de ser animar a tu equipo con fervor y pasión. Mezclando lo divertido, gracioso y deportivo con el radicalismo extremo dentro de un idealismo político aprovechando el acto deportivo para hacer uso y desplegar un ritual de Xenofobia, Homofobia y un largo etc que siempre es castigado según en qué estadio se produzca.

Pero en el encuentro que disputamos en el Vicente Calderón, esa hinchada colchonera, aunque no se debe de generalizar, vuelvo a repetir que quien calla otorga, y a cinco no se les escucha si treinta mil no se los permiten. No sólo volvimos a escuchar el ya típico “sevillanos, yonkis y gitanos” algo que ya le vemos hasta su gracia. Si no que volvieron a hacer mención de una manera fuera de lugar el nombre de nuestro añorado Antonio Puerta. Mientras éstos cretinos se divertían de una manera tan ruin, nadie saltó a reprochar aunque fuese a modo de silbido, que es lo que suele hacerse cuando una afición está en contra de ciertos cánticos, pero en el Calderón parece que todo vale. Incluso el Club ni siquiera se ha dignado en hacer público nada en referencia a tal desafortunados cánticos. Pero en fin, después pasan las cosas que pasan. Se ve que de una rivalidad quieren convertirla en un odio visceral. Halla cada uno con su conciencia.

¿Actuarán algún estamento deportivo en referencia a dichos cánticos como han hecho en otras ocasiones cuando se han referido a fulanito de tal muérete, o negro de tal no se qué…?, una vez más creo que no. Como se ha dicho anteriormente, todo va acorde donde suceda el hecho. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Artículos como el tuyo educan y nos sitúan en el espacio que nos recuerda que la pasión por nuestro equipo no debe anular nuestra esencia; que no es otra que la de ser persona. Gracias por el post.
Manuel.