LA MAGIA DEL 16

Crecí oyendo a mis mayores relatar las hazañas deportivas de aquellos ídolos a los que por razón de edad no pude ver, pero cuyos logros fueron recordados con admiración y orgullo: Busto, Campanal, Valero, Arza, Domenech, Antoniet, Diéguez… De la misma manera, nosotros, los sevillistas que vivimos la época actual y hemos conocido los títulos de los últimos ejercicios, hablaremos a las generaciones venideras de las excelencias de este Sevilla FC que comenzó en Eindhoven una triunfal racha de éxitos. Y les hablaremos del gol de Palop en Donetsk o de los penaltis que les paró a los jugadores del Espanyol en la final de Glasgow, de las genialidades de Jesús Navas, de la eficacia defensiva de Javi Navarro… ¡qué gran central! Igualmente les hablaremos del carácter mítico que una aciaga noche de agosto comenzó a adquirir para el sevillismo el número 16; ése que portaba un gran futbolista canterano cuya proyección como persona y deportista se quebró por mor del infortunio. Ese número que lucía en su camiseta Antonio Puerta; el mismo que sus amigos y compañeros, como Enzo Maresca, eligieron para perpetuar un homenaje que nunca ha de terminar.

Los sevillistas pudimos comprobar en la última visita del Málaga que el salernitano-sevillano no le olvida, y que el 16 posee algo de magia, la que derrochó la personalidad del inolvidable Antonio Puerta y que ahora lleva a gala otro grande del sevillismo como Il Capo.

Escrito por L. Julio del Zapatero y publicado en la revista SFC 1905. 

Y desde ésta nuestra casa sevillista agradecemos que nos hiciera llegar el artículo.