Pasó el ciclón blaugrana y ocurrió lo que todos pensábamos que iba a ocurrir, los tres puntos volaban camino a la ciudad condal. En éstos momentos que estamos pasando poco o nada podemos hacer ante un conjunto donde predominan los mejores jugadores del mundo. “tras la tormenta, siempre aparece el sol”, y en el horizonte, el sol aparece en el Sardinero y después en los Cármenes, dos estadios donde nuestro glorioso tendrá la exigencia no sólo de estar a la altura de lo que se espera de él, sino lo más importante…conseguir la victoria.
Lo mejor del encuentro lo encontramos en la magistrales intervenciones de Andrés Palop y como no podía ser de otra manera en la afición sevillista, y más concretamente el corazón de Nervión…el mágico gol norte, que volvió a demostrar estar a las duras y a las maduras, demostrando una vez más el amor incondicional a un escudo, a unos colores. Las declaraciones del jugador blaugrana Valdés hablan a las claras “en el Pízjuan, como siempre, ambientazo…”. Dos genialidades en los primeros 45 minutos le bastaron a los hombres de Guardiola para llevarse la victoria. Las diferencias evidentes marcaron el resultado final. Nuestro equipo lo intentó, pero estamos inmersos en una vorágine de la que nos está costando salir, y recibir al FC Barcelona con ésta depresión deportiva, pues la cosa se pone más difícil. Con arreones a cuenta gotas lo intentamos, pero no pudo ser.
No sirve de nada pararnos a pensar demasiado tiempo en éste encuentro, ante un rival que lo más normal es que salgas derrotado. Ahora hay que limpiarse las vestiduras, agarrarse los machos, y dar la cara de una vez por todas ante los rivales que si estamos obligados a ser superiores. Dos salidas consecutivas, seis puntos en juego, y en la mente, sólo cabe pensar en la victoria…
VAMOS MI SEVILLA, VAMOS CAMPEON.
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